¿Dónde está el límite de la publicidad?
- arene flus
- 18 mar 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 25 mar 2020
Ya que esta semana he estado en Londres, he tenido tiempo suficiente de fijarme en la publicidad que se hacia en Reino Unido, algo que como futura publicista me viene muy genial. Ahora bien, una cosa es tener curiosidad por la publicidad y salir a la caza y otra muy distinta es no poderte librar de ella, algo que es imposible si estás visitando Londres. No existía ningún rinconcito sin publicidad, todo el metro lleno de pantallas, mupis, carteles... Salías la calle y ¡BOOM! más publicidad.
Por este bombardeo continuo de publicidad empecé a plantearme los límites de la publicidad o si siquiera tiene límites. Si bien es cierto que la mayor parte de la publicidad que se veía iba junto al lugar en el que te encontrabas o respecto a lo que podrías estar haciendo, no es necesario publicitarlo cuando lo estás viendo, es como si fueses a comer y tu madre te siguiese con un megafono diciéndote lo que tienes para comer y de dónde son los productos con los que vas a cocinar.
Por eso quizá exista mucha gente antipublicidad, gente que se ha visto saturada por ella. Londres es un gran ejemplo como exceso de publicidad ya que sus calles son como internet, si quieres caminar tranquilx debes de instalarte adblock e incluso no pensar demasiado porque puede que te escuchen y te aparezca publicidad relacionada con tus pensamientos.


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