BLANQUEAMIENTO Y PROMOCIÓN ECLESIÁSTICA
- arene flus
- 1 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 abr 2020
La Iglesia, que gran e infravalorada institución, la hemos dejado desamparada, sin un duro que han tenido que salir en estos tiempos de pandemia a la calle para reclamar su autoridad, pobriños ellos...
Venga, ahora en serio, este párrafo tiene una gran carga irónica que solo intenta desmerecer y hundir a una institución obsoleta y oportunista, una institución creada en base al miedo del pueblo y cimentada con el sufrimiento y el odio.
Vaya, me he vuelto a poner un poco dramática, es que no puedo evitarlo cuando se trata de hablar de la Iglesia y más cuando tengo que ver cómo se promocionan en la televisión pública y tienen su espacio en los programas e informativos, en un estado supuestamente laico. No hay ninguna necesidad de que un tío con alzacuellos vaya predicando la palabra de Dios, sus deseos y penurias en estos tiempos de pandemia en el que nos encontramos.
Puede que se trate de un simple consuelo a aquellos creyentes que han perdido a sus familiares o una simple tradición española que se trata de rezar y bendecir al muerto o cualquier mierda católica más, pero en serio... a estas alturas de la vida, cuando nos tenemos que tragar el X de la casilla, y toda la influencia que tiene la Iglesia en este país y después de todos los escándalos sexuales que han salido, no me extrañaría nada que fuese un momento de autobombo que han escogido. Está siendo una maravillosa estrategia de marketing.
Bueno al fin y al cabo también debo mencionar que soy atea y que cualquier cosa relacionada con la Iglesia, a pesar de estar bautizada y medio comulgada (una historia maravillosa), me dan ganas de vomitar, y más si se trata de lavarse las manos, la imagen, el culo etc frente a una población histérica en pleno momento de crisis sanitaria.

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